La Misa de la Vela y la Rosa, uno de los encuentros más emotivos y significativos en el Lux debido a su bello simbolismo; es el espacio donde se encuentran las y los estudiantes más pequeños y que inician su camino educativo y aquellas y aquellos que viven sus últimos días en el Instituto.

En esta ocasión fue llevado a cabo en el Auditorio Miguel Agustín Pro, S.J. el día de hoy, 1 de junio, donde las alumnas y alumnos de último grado de Bachillerato, en compañía de sus familiares, presenciaron la Misa, presidida por el Padre Aristeo López, S.J., el Padre Amado Fernández, S.J. y el Padre José Vásquez, S.J.

Durante la homilía, el Padre Aristeo compartió palabras inspiradoras con las y los alumnos de Bachillerato, recordándoles el poder que poseen a través de su aprendizaje y experiencias. Resaltó la importancia de la fortaleza y la firmeza en lo que vivimos, ya que estas cualidades tienen la capacidad de iluminar el mundo y tocar los corazones de quienes nos rodean. Haciendo referencia a las enseñanzas de Jesús, les invitó a ser como la sal que da sabor al mundo. Los procesos formativos de los que han sido partícipes son una fuente de iluminación y los animó a seguir alimentándose de estas experiencias para crecer y desarrollarse. También les aseguró que llevan bases sólidas, basadas en su carisma y en lo que son como individuos. Los animó a tener confianza en sí mismos, recordándoles que si alguien apuesta por ellos, es Dios mismo. Además, reconoció a las y los hijos de las y los presentes como personas maravillosas y les pidió creer en ellos, mientras los animaba a continuar colaborando para hacer de este mundo un lugar más cercano a lo que Dios espera.

A continuación, el Padre José tomó la palabra y exhortó a los jóvenes a buscar la trascendencia con fuerza, integridad y determinación. Reconoció el potencial que tienen para elevar a su país y los animó a utilizar sus conocimientos y habilidades para trascender, expandiendo así su mentalidad en cada paso que den. Habló de la importancia de transmitir la luz a los más pequeños, especialmente en el inicio de su formación. Destacó la delicadeza con la que estos jóvenes cuidarán el mundo y los alentó a servir a los demás a través de su compromiso y entrega.

El momento del intercambio consistió en una vela que es entregada a las y los más pequeños del Colegio, una vela que simboliza la luz durante el camino en sus estudios, mientras que las y los alumnos de Preescolar les regalan una rosa, que simboliza la delicadeza con la que servirán al mundo que las y los espera.

¡Es momento de sembrar lo cosechado y de agradecer todo lo vivido, reconociéndose como hombres y mujeres por y para los demás!